viernes, 13 de febrero de 2009

Sobre viaje a Cuba III. (Final)

“Demasiado poco demasiado tarde”

Ha culminado la visita de la presidenta Bachelet a Cuba. La evaluación continuará por varios días, cada actor sacará sus propias cuentas y conclusiones.

Los hechos son duros para la política exterior de Chile y para la imagen de la Presidenta. Sin embargo, todo esto tiene “arreglo”. Este tema quedará sepultado dentro de poco por la dinámica electoral. Y la imagen pasará a segundo lugar.

Para aquellos que creemos necesario solidarizar con el pueblo de Cuba solidarizando con los demócratas perseguidos en la isla, nos queda un sabor amargo. Las peticiones a favor de un reconocimiento hacia los disidentes no solo eran legitimas, sino que imprescindibles para evitar o reducir la posibilidad de mas abusos.

Hay una responsabilidad ética de acción u omisión respecto de la seguridad de estos hombres y mujeres. Ellos día a día, dan testimonios de coraje, consecuencia patriótica y democrática. Y el régimen busca sistemáticamente su aislamiento internacional, este los hace más vulnerables.

Las declaraciones de Oswaldo Payá demuestran la decepción y el enojo con el gobierno de Chile a este respecto. Lo triste, estos son compartidos plenamente por muchos que somos parte de la coalición que llevó a esta presidenta a la Moneda.

Los calificativos sobre la visita están de más, Ya hay suficientes voluntarios que concurren a esta desgraciada oportunidad para solazarse del evento. La derecha ha aparecido con brios en un entendimiento virtuoso con los comunistas para monopolizar un debate que en realidad es entre democracia y dictadura.

Bien para la directiva del PDC, que prevío con meridiana claridad este resultado y cuestionó el fondo y la forma de la visita.

Pero permítanme una reflexión más a fondo sobre el asunto. Esta comedia de equívocos y errores no se explican en la dicotomía ideológica socialismo v/s democracia, ni capitalismo v/s socialismo. Estos instrumentos de análisis se hacen inútiles para apreciar la política exterior de Cuba y las conductas de sus pares chilenos, incluidas muchas miradas que ven con los anteojos de la guerra fría, los conflictos de una dictadura aislada, sin vocación de ningún tipo y agónica por el escepticismo de todos los que ayer la apoyaron honestamente.

Así como la conducta de la Unión Soviética durante la guerra fría se explica mejor por las necesidades geopolíticas del imperio ruso y la tensión por la hegemonía con EEUU.

La política de Cuba no se explica ni por los ideales del socialismo, ni por los afanes de revolución ni mundial, ni local. Sino por el sentido de autoprotección de su clase dirigente, que siente la decadencia de la experiencia cubana como una amenaza a sus privilegios y a su propia seguridad. Eso explica, que Raúl reemplace a Fidel. La dictadura no es del proletariado ni socialista, es familiar. Esto no tiene otro referente, más que Corea del Norte con Kim Il Sung, dentro de los socialismos reales. De hecho, este mecanismo de sucesión se parece mas a otras dictaduras centroamericanas. Les recuerdo que el tipo de sucesión es un elemento crucial, para caracterizar un tipo de gobierno, en ciencia política.

Aquí los manipulados por la conducta del gobierno cubano y de Fidel, en esta visita, no son solo los diplomáticos chilenos y sus autoridades. A este grupo se suman ciegamente incluso los comunistas criollos. Para ellos es muy difícil, abrirse a las consecuencias de este análisis.

El comunismo murió hace ya algunos años. El comunismo estaba derrotado moralmente desde el año 1957 con la entrada de los tanques soviéticos a Budapest. La derrota política, militar y económica vendrá en las décadas siguientes. Culminando en 1989 con la caída del muro. Un visitante ruso, hace ya mas de una década afirmó que el último comunista de Rusia había muerto de un picotazo en México, refiriéndose a Trotsky.

El problema para las izquierdas que aún justifican a la experiencia cubana radica en creer que en Cuba creen en el comunismo y en su vocación internacionalista. Esta vocación estaba muerta desde la muerte de Lenin. Stalin cambio la estrategia del socialismo y terminó con la revolución.

Desde ese periodo, la noción leninista prerrevolucionaria del imperialismo, fue variando de acuerdo al conflicto de la guerra fría y al los intereses del imperio ruso, caricaturizando al imperialismo como exclusivamente norteamericano. Es decir se le asignó una capital al imperio de acuerdo a las necesidades de Moscú. Pero el imperialismo en su versión post caída del muro demuestra tener características globales y por tanto a-territoriales. Chechenia, Tibet, Centroamérica y el abandono de Africa marcan los sectores de influencia que se derivan de los “Yaltas post-modernos”.

Así se explica el nulo apoyo soviético a la experiencia de la UP, respetando los limites acordados. Solo se presiona a los comunistas criollos, durante el proceso afgano.
Prueba historica de esta autolimitación sovietica la constituye la constante molestia por la imprudencia cubana. Ver el caso de los misiles en la crisis de tiempos de Kennedy-Kruschev. Bien conocen los propios comunistas los problemas en que el dictador cubano metía al bloque soviético cada vez que se salía del entendimiento de Yalta. Lo propio ocurre con el caso de Aldo Moro en Italia, donde confluyen los organismos de inteligencia de la URSS con los de EEUU: Los DC de Moro y los comunistas italianos se autonomiza Ban del acuerdo de los grandes de Yalta.

La ingenuidad de mucha gente honesta de izquierda, que defiende, aún la “revolución” contradiciendo sus propias experiencias dictatoriales, radica en creerles a los antiguos “revolucionarios” que aún existen brios de revolución socialista.Es una especie de síndrome de Mayta, en referencia al personaje de la novela de Vargas Llosa que estando preso defiende a sus compañeros de revolución, cuando estos asaltan bancos para su propio provecho y ya no creen ni realizan ningún esfuerzo revolucionario.

La verdad es que como cualquier dictadura, los gobernantes defienden sus privilegios y su seguridad. Ni siquiera hay afanes de hegemonía regional. No hay explicación de carácter “ideológica” que justifique la “alianza” con los populismos de izquierda como el del coronel Chávez en Venezuela. De acuerdo, a esa lógica habrían apoyado a Perón e incluso a Ibáñez en los años cincuenta, de claros aires facistoides. O en su defecto a la dictadura militar de izquierda en el Perú.

La conducta de Fidel, de “morder la mano” de la presidenta de Chile con el tema de la mediterraneidad de Bolivia, es solo una emboscada que inmoviliza a la señora Bachelet, en términos diplomáticos. No solo Fidel, sabe que este problema, el del mar para Bolivia hasta tuvo el apoyo de Pinochet, pero pasa por los reequilibrios estratégicos de todo el cono sur. Pero ese es otro tema, valga decir que las resistencias chilenas sobre el tema son menores de las que se usan de manera chauvinista. Los obstáculos de real peso corresponden a las consecuencias en los equilibrios geopolíticos del subcontinente. Esto Fidel lo sabe, no hay nada serio en su pachotada.

Pero la paradoja está, en que esta conducta de Fidel disminuye la capacidad de maniobra del propio partido comunista para superar la exclusión del sistema político. Por cierto, los obliga a poner en tensión su relación de acercamiento con la Concertación y les crea un conflicto adicional con la DC que no es buscado voluntariamente, de acuerdo a su conducta anterior. Esto formará parte del análisis que los comunistas criollos harán como evaluación de este infausto periplo por la isla.
Salvo por cierto que la ingenuidad del “maquiavelismo” político sea mayor y solo haya sido un distractivo táctico para suavizar las tensiones de la visita a Cuba.
Pagando el costo de hacer declaraciones increíbles como las hechas por Tellier, sobre la libertad de expresión en Cuba.

La dependencia del PC chileno respecto del gobierno cubano, es más bien emocional e ideologizada que de otro tipo. Pero la política exterior de Cuba no la hacen los comunistas chilenos, se hace en La Habana. Supongo que de este evento sacarán la lección de que les importa muy poco a esos líderes de la isla lo que hagan o dejen de hacer los PC chilenos, mientras les sigan siendo útiles para justificar y defender, a los actuales gobernantes de la isla. Pues ellos saben que este PC aislado, excluido, no solo no hará revolución alguna, sino que no tiene ningún otro tipo de utilidad para ellos.

En síntesis, el octogenario dictador ha vuelto a girar de la cuenta del agónico complejo revolucionario de la izquierda, que representa Cuba. Pero ya llega la hora de que el proceso de análisis sobre esta dura realidad permita la autocrítica de estos sectores.

El saldo para la verdadera revolución democrática pendiente en Cuba es que como siempre la historia la hacen los pueblos. Y serán los propios cubanos los que derrotaran al totalitarismo con la fuerza de la democracia.

Para nosotros una lección más de que para lograr un avance democrático en Cuba se requiere ser consecuentes en materia de DDHH y apoyar a los demócratas pacifistas que luchan por ella en Cuba. Son ellos la esperanza de Cuba ante el inminente colapso, de la dictadura cubana. Y serán la verdadera alternativa en el futuro para enfrentar a las fuerzas depredadoras del mercado salvaje que entrarán a la vida de la isla, con un resentimiento acumulado por mas de cincuenta años. En ellos los perseguidos de hoy estarán las esperanzas de un futuro democrático para el pueblo de Cuba.

Como siempre lo ha sido en los innumerables conflictos de nuestra America, las posiciones antidemocráticas que ignoran a las mayorías, terminan haciéndole el juego a las minorías poderosas que han explotado nuestros pueblos. Ambos grupos han debilitado el avance de la democracia y la vigencia de los DDHH haciendo uso de estos términos y poniéndolos al servicio de las dictaduras de distinto signo, que en el fondo son lo mismo y se comportan muy parecidos. Confundiendo de paso, a importantes sectores populares que anhelan mas justicia, libertad e igualdad y que deben buscar el camino de las mayorías democráticas por los cambios y no el inconducente ,de la seducción minoritaria de las dictaduras como camino para lograrlo.

Así fue incluso en la lucha contra la dictadura de Pinochet, donde los comunistas perdieron la oportunidad de llegar a tiempo y de participar con mayor legitimidad en el proceso, en vez de autoexcluirse optando por una vía inviable, la insurreccional, y haciéndolo de manera militar, de forma ineficaz para terminar siendo derrotados. Jugaron a la guerra con Pinochet y perdieron. Solo sirvieron para que el régimen "justificase" varios crímenes mas en los estertores de su periodo y para repetir la lógica martiriológica, resabio de la cultura de la muerte que se generó en la dialéctica guerrillas v/s dictaduras, en tantas partes de America Latina.

Espero que la autocrítica de parte de quienes han participado activamente en este bochorno, que en nada ha contribuido ni al gobierno de Chile, ni a la unidad latinoamericana, ni al proceso cubano se haga en profundidad y no se quede en el ámbito de tecnicismos diplomáticos que fueron incapaces de dar cuenta del desafío.

Por ultimo, lo central la lucha por la libertad de los presos políticos y de conciencia, el término del exilio, el acceso a los medios de comunicación de los disidentes, la organización libre de partidos políticos, y en general de las libertades publicas.

Al menos que Neruda no sea censurado por sus supuestos compañeros.

1 comentario:

lorena dijo...

Humberto, me pregunto porque nadie comenta tus reflexiones. ¿estará alguien en este paìs realmente preocupado por los alcances políticos, éticos de la situación en Cuba o del faranduleo diplomático que pudimos observar?
No se si esta sociedad "democrática" tiene tiempo para preocuparse de algo que vaya más allá de como ganar más plata o cómo sobrellevar la archimencionada crisis. Además esta situación de autoprotección y seguridad de los gobernantes ¿no se da también en las élites políticas de nuestro país democrático? No son los mismos de siempre, los mismos apellidos, los mismos grupos familiares, primos, hermanos, etc, etc los que acceden al poder?
Si esto es asi que es como yo lo veo, quizas hasta sería mejor vivir más relajadamente al compas de la música cubana, luchando por ideales superiores, como justicia social, solidaridad y respeto por el otro, que enajenarnos con el consumismo, la tecnocracia, el eficientismo, la farandula y los rasgos trabajolicos de gran parte de nosotros. Espero no creas que esta es una típica crítica liviana. Es simplemente una voz de decepción de alguien que aún espera por algo más de aquellos en quien creyó que se la jugarian más.