jueves, 25 de agosto de 2011

A mi camarada Jorge Matute



Vengo en despedir a mi camarada y amigo Jorge Matute Matute que tras una larga lucha contra el cáncer ha pasado ha la nueva vida.

Conocí a Jorge en los tiempos aciagos de la lucha por la democracia. Hermanados en la militancia democratacristiana con la herencia de Frei, Leighton, Tomic, Palma y otros, comprometíamos nuestras vidas en la defensa de los derechos humanos y la recuperación democrática.

Hombre de testimonio en las luchas de los trabajadores del petróleo, se alzaba como un líder junto a Barrientos, Ruiz di Giorgio y Gálvez, alzando las banderas de liberación de la persona humana en el campo del trabajo.

Desde el campo de la lucha estudiantil universitaria nos encontramos en la construcción de la alianza histórica de trabajadores y estudiantes, en la construcción de la Asamblea de la Civilidad y en las protestas contra la dictadura de Pinochet.

Fuimos camaradas en la reconstrucción de un Bloque por los Cambios que le diera una salida pacifica a la democracia a nuestro país, con el objetivo claro de construir una “Patria para todos”.

Nos toco perder y llorar a nuestros camaradas y compañeros que cayeron en esa lucha junto a esos imprescindibles que nos faltan hoy día como Maria y Manuel.

Cuando logramos la recuperación de la democracia, nos mantuvimos en alto clamando por su profundización y el fin de los enclaves autoritarios dejados por la transición que no acababa. Rechazamos juntos las pretensiones del dictador de constituirse como una figura institucional blanqueada, tras la valiente acusación constitucional liderada por diputados democratacristianos, como Palma, Acuña, Ascencio, Jocelyn Holt y otros.

Nos encontramos en la ENAP, el era local, yo me integré a la comunidad de defensores de la herencia de los pioneros del Petróleo. Allí había que resistir la tentación privatizadora que rondaba incluso a las filas de la Concertación. Ignorantes de la relevancia de ENAP como el principal instrumento de política energética en manos del Estado.

Me toco acompañar a Jorge en los mas dolorosos momentos que puede vivir un padre, la desaparición primero y la constatación de la pérdida de su querido hijo Coke. Recuerdo su desesperación pero inmensa hombría para mantener la preocupación de la opinión pública acerca del caso, que hasta el día de hoy se mantiene sin conclusión.

Jorge fue un hombre bravo, irreductible en sus convicciones y en su amor por Chile y los trabajadores. Un dirigente sindical de excepción.

Hoy día que es un lugar común denostar la política y a los políticos, debo recordarles a los chilenos que se fue un hombre que jamás escondió sus ideales políticos, con orgullo enarboló la lucha sindical en la mejor tradición de la democracia cristiana, la autonomía de los movimientos sociales. Jorge siempre fue un representante de los trabajadores ante el partido, nunca un manipulador partidario entre los trabajadores.

Porque tu ejemplo sea una semilla en las generaciones de trabajadores chilenos y tu testimonio sea, también, parte de la herencia demócrata cristiana, vengo a darte mi despedida, mi agradecimiento y mi homenaje Camarada y amigo.
Por sus frutos los conocereis...

Humberto Burotto Guevara.


miércoles, 29 de junio de 2011

Sobre las movilizaciones.




Es notable la interpretación que los medios de comunicación de masas hacen respecto a la movilización popular que ocupa nuestras calles. Desde la agonía medioambiental por la patagonia y la amenaza de los capitales transnacionales de la electricidad, que buscan monopolizar el agua, de todos los chilenos, hasta la rebeldía audaz de los jóvenes secundarios, pasando por un movimiento universitario que une a estudiantes, profesores e incluso rectores para cuestionar un sistema educacional que se funda sobre la base del “negocio” y de la mala calidad. Los medios reaccionan interpretando esta efervescencia como un hecho noticioso, pero carente de profundidad histórica. La verdad es que al igual que el gobierno y la oposición se equivocan.

Mas allá de las movilizaciones obtengan objetivos concretos, cuestión muy probable, o fracasaran estrepitosamente, sin lograr los fines demandados, asistimos a un fenómeno mucho mayor de nuestra vida ciudadana en esta “común-unidad” que llamamos Chile.

El gobierno y los partidos asisten como actores secundarios a esta protesta generalizada, diseñando estrategias improvisadas para dar cuenta de esta notable autonomía de lo social ciudadano. ¿Es un triunfo de la ideología medioambientalista?, sin dudas si, pero no solo eso. Y cometerían un grave error de diagnostico sus brillantes lideres si lo interpretaran así. ¿Es un cuestionamiento de fondo al modelo económico? Cabe aquí la misma respuesta. Las interpretaciones de menor envergadura que solo ven en este fenómeno un fracaso del gobierno se alejan mas aun de una interpretación que de cuenta de esta “efervescencia”.

La crisis de representación política que esta a la base del “malestar de las masas” que salen a la calle, enarbolando un ramillete de consignas imprecisas y que carecen de una alternativa que incluso ayude a una negociación como salida a la tensión, marcando alguna dirección, demuestra que es un malestar profundo, pero con altos grado de incertidumbre. Si bien esta no es una crisis revolucionaria. Si puede constituirse como una base de modelación de actitudes que permitan un cambio histórico en Chile. Por si mismas no harán el trabajo. Pero se equivocan quienes piensan que después de estas protestas Chile continúa igual.

La pregunta a la mal llamada clase política radica en un tema que ha sido estigmatizado por ella misma, su capacidad creadora para ofrecer cambios en su propia área, el campo de las denominadas reformas políticas.

Para la derecha esto constituye una derrota ideológica difícil de aceptar, pero que tiene en su base una precipitación impulsada por su propio discurso, oponiéndose a las reformas políticas: los problemas de la gente. Pues ahí están los problemas de la gente, centenares de miles de chilenos movilizándose enérgicamente, por temas considerados, en cualquier parte del mundo y época como importantes, y vendrán más.

Desde el régimen autoritario, han apostado por limitar la participación política y minimizar la actividad política, por considerarla fuente de critica al modelo de acumulación inherente al desarrollo capitalista, limitar la capacidad de acción del estado como fuente de desequilibrios e intentar liberar la vida económica y social a la hachón orientadora del mercado. De hecho sus ideólogos participaron en l diseño constitucional, con mecanismos de estrangulamiento de actividad política, mas precisamente de los partidos. Aún subsiste un sistema de participación electoral excluyente y un sistema binominal que asegura capacidad de veto parlamentario a la minoría limitando el pluralismo de pasada. Si agregamos a esto la responsabilidad compartida de los sectores dominantes de nuestra sociedad, evitando activamente la formación cívica como un requisito del desarrollo democrático y de la educación, tenemos una combinación explosiva.

Nuestra democracia, vuelve a estar en riesgo, esta vez no por el peligro del autoritarismo como amenaza directa, sino por su incapacidad de legitimarse frente a un descontento creciente. Deslegitimación que procede de su falsificación en los hechos. Nuestra democracia o se democratiza o perece abriendo paso a alternativas autoritarias. O gobierna la democracia o viene el desgobierno. La utopía de los poderes facticos es solo posible sin democracia.

Es notable que ante el fracaso de un dialogo gobierno oposición la vocera de gobierno acuse a la oposición de solo estar interesados en reformas políticas. Más notable aun que la oposición se sieta insultada o acusada injustamente, cuando una crisis de representación, como la que se va gestando en Chile, amerita al menos eso: Reformas políticas.

Para la oposición el panorama no es mejor, solo la oposición concertacionista es capaz de tener mayor rechazo que el propio gobierno. En una confusión, sin precedentes aparece ridícula ante la opinión pública intentando liderar un proceso, que no ha gestado ni que es capaz de conducir ni gestar. Solo el gobierno en su imaginación, puede pensar que estas protestas son producto de un maquiavelismo concertacionista. Ya quisiera la Concertación tener ese poder. Ni los comunistas pueden emular al Pinochet de la transición que declaraba ser el único capaz de gestar una insurrección y al mismo tiempo controlarla. Este movimiento social, se desarrolla a pesar de los partidos.

Derechas e izquierdas, mas allá de sus crisis de liderazgo y el vacío imaginativo que demuestran, deben asumir que incluso en un modelo de “desarrollo” que se basa en la acumulación, el campo político juega un rol relevante para mediar las necesidades e intereses de las grandes mayorías, y al mismo tiempo para generar los espacios de libertad y creación cultural que permiten la innovación y motivación de los pueblos imprescindibles para su estabilidad. La inequidad social que existe en Chile solo puede ser procesada por la profundización democrática y el fortalecimiento de la sociedad. En síntesis, si queremos desarrollo económico y humano requerimos, mejor política y mas democracia, lo otro es una renuncia a nuestro futuro histórico.

lunes, 10 de enero de 2011

Con la ENAP NO.


Para nadie es un misterio que los círculos de poder que conforman el actual gobierno están interesados en privatizar la ENAP. Hace poco un matutino de la capital informaba de los sondeos de opinión que los actuales ejecutivos están haciendo sobre el tema.

Esta es un a vieja ambición declarada pues esta empresa estatal y CODELCO constituyen el principal botín codiciado por los neoliberales locales. Pero también por las transnacionales del sector petrolero en nuestra región. Que en cualquier caso serian los verdaderos compradores de tres refinería, pozos de gas y potencialidades de extracción secundaria.

ENAP fue la respuesta del estado ante el fracaso de los privados ante el desafió de explotar los hidrocarburos abundantes en Chile en la zona austral. Y ha constituido el principal instrumento de política energética del Estado chileno por más de cincuenta años.

Ante la ultima gran crisis energética de nuestro país, generado por el fracaso de la iniciativa privada para mantener el abastecimiento de gas natural desde Argentina, fue la ENAP por mandato del presidente Ricardo Lagos la que le ha entregado la seguridad de abastecimiento de este vital hidrocarburo al sistema productivo nacional y a precios convenientes y de mercado.

La seguridad energética que ENAP le ha entregado a Chile tiene un valor estratégico y geopolítico fundamental que ni siquiera en la dictadura el apetito neoliberal pudo doblegar.

Pero las estrategias se afinan, ya no se limitan a la increíble monserga de la superioridad de la gestión privada, desmentida durante años con indicadores de eficiencia económica y productiva, indiscutible. Ahora se promueve, por torpeza política y falta de capacidad de gestión empresarial de las nuevas autoridades, en materias de comunicación y transparencia, imprescindibles en el gerenciamiento empresarial del siglo XXI, un populismo privatizador que busca descapitalizar esta empresa de todos los chilenos, para ponerla en situación de privatización.

El mercado de los combustibles en Chile ha dado durante muchos años precios competitivos y transparentes, incluso comparados con países productores de crudo y con políticas económicas proteccionistas, permitiendo mejoras de la calidad medioambiental de los productos que ENAP produce. Si embargo, la codicia antipatriótica pertinaz e irresponsable persiste.

La derecha ha bombardeado con criterio populista la tributación especial de los combustibles sabiendo que es el impuesto mas redistibutivo con el que cuenta el arsenal del estado, en un país cuyo principal problema de integración social lo constituye la desigualdad. La miopía con que hace política el oficialismo, en materia energética, le explota en la cara a sus autores, como le ocurrirá con otras materias como la delincuencia y los mitos elaborado por sus propagandistas y sus puertas giratorias.

Esta vez explotó en Magallanes, con el pueblo en las calles, sin distinción de colores, marchando no solo por el precio del gas sino que fundamentalmente por el abandono.

ENAP ha sido el principal anclaje de la soberanía austral y eso Magallanes lo sabe. Se sienten legítimos herederos de los pioneros y están curtidos por el aislamiento y el frío.

En Magallanes nuestros compatriotas australes juegan Truco y le están diciendo, a los soberbios e ignorantes ministros, quiero retruco. El concurso de popularidad de Hinzpeter no es el problema, ese ya lo tiene perdido, el problema radica en políticas públicas coherente para la región, en este caso de suministro de energía en un territorio donde este es un problema de vida o muerte. Pero también un llamado de atención sobre el futuro de esta empresa que unos pocos quieren comprar. Alguna vez se acuño una consigna contra las estatizaciones, esta vez es contra las privatizaciones: La ENAP NO.