domingo, 26 de diciembre de 2010

Sobre la delincuencia.



La catástrofe de la cárcel de San Miguel y la crisis carcelaria, a nivel nacional, ha abierto una ventana para mirar el problema de la delincuencia con una perspectiva más amplia, sobre la complejidad que el tema representa. Por cierto, la deslegitimación creciente de las mitologías generadas en los últimos años, constituye una oportunidad para que un debate en la opinión pública que permita una comprensión mayor sobre los desafíos que enfrenta nuestra sociedad para controlar este problema.

Los lugares comunes de políticos y medios de comunicación tales como “puertas giratorias”, “manos duras”, “manos blandas”, etc., son el producto de un populismo punitivo, cuchillo de doble filo, construido para obtener ventajas electorales, y que ahora se transforma en una bomba que les explota en la cara a sus autores.

Este populismo punitivo diseñado por los “ideólogos” de la derecha criolla tuvo un éxito avasallador generando una química, excepcional y explosiva, con el sensacionalismo mediático, componente siempre presente en la industria comunicacional,  constantemente presionada por la noción de rating. Pero lo más importante fue el éxito ideológico que tuvo en la elite, de los sectores autodenominados progresistas, que carentes de reflexiones de fondo sobre el asunto, y consumidos por la anemia ideológica, después de veinte años de gobierno, asumieron el discurso con cierta incomodidad pero casi sin resistencia.

Asistimos pues a uno de los síntomas que mejor ejemplifican la reestructuración de las relaciones sociales que Chile enfrenta como sociedad desde la década de los ochenta. Al proceso de transformación institucional político económico desarrollado por el régimen militar. Dicha transformación articulada en torno a las modernizaciones del proyecto neoliberal liderado por los economistas de Chicago, reestructura el aparato productivo y el rol del estado en posición de subsidiario potenciando la racionalidad de mercado como eje central de la articulación de la sociabilidad. Dicho proceso en su versión extrema busca con el apoyo del estado la pulverización de la organización social y comunitaria, aislando a la familia y dejándola inerme ante la exclusión económica y debilitando su capacidad de integración social.

El fenómeno de globalización de la droga y de su comercialización de tipo delictual, producirá la casi destrucción de las subculturas de la delincuencia tradicional, incluso en un proceso de guerra abierta en las principales poblaciones pobres de Chile. El trafico reemplazará al hampa como modelo hegemónico de organización delictual pero produciendo un nuevo tipo de delincuente mas agresivo ( o desesperado) asociado al consumo de estupefacientes cada vez mas adictivos y de efectos crecientemente desintegradores.

La destrucción de sindicatos, organizaciones comunitarias y en general toda la sociabilidad de orientación solidaria, se produce también  por cambio cultural con un rol clave del aparato mediático capitalista y sus valores de competencia y consumismo, dejando a los individuos de los sectores mas vulnerables compelidos a la sociabilidad defensiva de sobrevivencia y de identidad social, la pandilla, la barra, etc.

El vacio de reflexión, y acción del sistema educacional, del estado y la debilidad del sistema productivo para articular el desarrollo del tejido social, ha dejado generaciones completas de jóvenes de los sectores mas vulnerables sin los instrumentos para construir y controlar los espacios sociales. Los intentos de los municipios de desarrollar infraestructura, visiones de manejo comunitario de los espacios públicos han terminado sucumbiendo a la visión del populismo punitivo.

Sin asumir, el desafió de participación y disciplina social que requiere la disminución o control del fenómeno de la delincuencia seguiremos en el absurdo de llenar cárceles, convirtiendo a la represión, siempre necesaria en un potenciador del fenómeno, apagando el incendio con bencina. Las cárceles como escuela del delito y las culturas de la delincuencia como alternativas políticas legitimas de resistencia a la dominación y exclusión social.

No se puede excluir ninguna de las políticas sociales que se han desarrollado hasta ahora, pero se les debe dotar de un sentido superior al mero indicador económico como superación de la pobreza, o a un llamado a una ciudadanía política que es percibida como una forma de manipulación o simplemente extemporánea, por los sujetos de esta “realidad”.

Mucha atención deben tener los sectores “progresistas” y “conservadores”, con el juego y la banalización en torno al debate del aborto, pues no estamos lejos del día en que se proponga como solución de largo plazo para este problema de generaciones de indeseables antisociales, el evitar su nacimiento. Serán los sectores conservadores no religiosos quienes propondrán esta panacea que además en otras latitudes ha demostrado eficacia.

Es probable que el gobierno y las oposiciones entiendan esta crisis como un problema sectorial, y este debate que apenas existe, quede en un episodio más, con algunos efectos colaterales. Pero propongo la hipótesis de que la delincuencia es un problema inmanejable para este gobierno y cualquier otro si no se asume como uno de los principales indicadores de desintegración social y subdesarrollo de nuestro “milagro chileno”. Las estadísticas pueden ser manipuladas pero el problema de fondo no. Y los campeones de la “batalla de las ideas” se encuentran reprobando en la comprensión de su lectura.


sábado, 11 de diciembre de 2010

Celebro los Derechos Humanos.

Celebro los Derechos Humanos.

“Me propongo agitar e inquietar a la gente.
No vendo pan sino la levadura”.
Miguel de Unamuno.
“Cartas ineditas” 1893,


En el día en que se celebran los Derechos Humanos, cuando ya se acaba el 2010, el panorama esta en movimiento.

La defensa de la persona humana no descansa, en todos los rincones del mundo.

Lu Wiaobo, esta preso en China sin poder asistir a recibir el Nóbel de la Paz. El gigante amarillo construye un muro virtual, para tapar los ojos y los oídos del pueblo, que permanezca cautivo del poder dictatorial. El desafío ha sido al mundo, que compremos y vendamos, pero que no opinemos ni colaboremos con el pueblo Chino, sin permiso de los amos. Del Nepal ya ni se habla, pero es peor que el apartheid.

En Cuba, la patria “socialista” el gobierno organiza  a los “matones” para que golpeen a las “damas de blanco”, y liberen a la policía de tamaña cobardía. Mas sutil, la “revolución de Fidel”, se plantea como “apertura”: el exilio. Que se vayan los presos políticos de la dictadura familiar.

Mas siniestro en todo caso Corea del Norte, belicosa y vigilante. Dictadura que castiga los fracasos deportivos, a jugadores y entrenadores. Y ya se apronta el nieto,  para asumir el mando absoluto, heredero de la doctrina “suché” de Kim. Mas al sur, en Myanmar, la dictadura militar se fortalece la ideología de las esmeraldas y de rubíes. Sola y firme la enfrenta una mujer.

De construir muros y poner cara de victima, el gobierno israelí, no le va en saga al esfuerzo Chino, en la lógica de apartheid.

El presidente Obama pierde apoyo y lo recupera el señor Bush. No ha cerrado la cárcel de Guantánamo, no se ha salido de Irak ni de Afganistán. Esas son invasiones militares que atropellan cada día los derechos humanos. Ni siquiera ha terminado con el bloqueo a Cuba, pretendiendo dar lecciones de democracia y libertad. Y ahora persiguen a Wikileaks, pues la verdad es siempre incomoda cuando traiciona al “american dream”.

En Colombia se abren las fosas y se encuentra gente desaparecida por el gobierno y la guerrilla hace del secuestro el combustible hacia el poder.

En Méjico los sicópatas del narcotráfico ya atentan contra todo lo que sea institución, y el ejercito en la guerra, destruye tanto como su “enemigo”. La gente muere por las calles,…”venid a ver la sangre por las calles”…, que no la tape la corrupción.

En este recuento, me faltan países, continentes enteros. Pido que me disculpen.
No he pretendido que sea profundo, ni acabado en los argumentos, ni en su extensión. Es solo que quiero recordarles, que las luchas continúan. Aunque algunos estemos mas viejos o mas cómodos todavía no se puede callar.
Que la lucha sigue, sin importar en donde ocurra el atropello, pues las fronteras son una ilusión. Y si revisamos por nuestro barrio, el incendio de la cárcel todavía no se extinguío.

Decía un hombre muy sabio que la democracia estaba, donde había alguien que luchaba por los derechos de los demás.

Yo digo que allí radica la esperanza y la dignidad. Esa fue la lección que, con dolor, un día aprendimos, y hoy venimos a recordar.

Patria por la vida Ven-seremos.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Llegamos a fin de año.


El nuevo gobierno desde ahora deja de ser nuevo. Se acabó “el veranito de San Juan”, el estado de gracia inicial. Ya no sirve echarle la culpa a Bachellet, a la Concertación y/o a los demás. Eso ya se ha hecho reiteradamente, y ya convence poco, solo resiste como muletilla provocadora.


Siembra vientos y cosecha tempestades.

Después del momento estelar del rescate de los mineros, todo será cuesta abajo comunicacionalmente, en unanimidad, popularidad y emocionalidad.

La voceria ha generado conflicto, la estrategia de mostrar cosas con el fin de aparecer haciendo y eficiente, le ha quitado sentido a los proyectos. Por ejemplo en educación las medidas aparecen aisladas y los anuncios rimbombantes impiden ver un sentido. Incluso las que debieran ser correctas no se ven así. El archipiélago de acción con megáfono y TV, termina por desorientar, sobre todo si el Presidente esta en todas. La “no estrategia” comunicacional de concentrarlo todo en el presidente, produce desgaste, aburrimiento y peca de falta de estética. De hecho, el rol del presidente acentúa la certeza de que es incontrolable para el “equipo” de gobierno.

El rompimiento agresivo con el Parlamento, cuando se es minoría es  una pésima estrategia para el gobierno y sobre todo para el país.

El costo de haber hecho demagogia, durante la campaña con promesas de no hacer despidos, generando una decepción mayor que la de los naturales cambios de equipos.

Un Paro nacional antes de culminar el primer año y solo una reforma “importante” en el Congreso dice que este gobierno ya desplegó su ADN.

Oposición y partidarios sabemos lo que podemos esperar, no hay nada mas que esto.

Los partidos de la coalición gobernante estarán evaluando lo dolorosamente lógico, el problema de la sucesión. Y este estará focalizado en las municipales, ojo con los recursos de gobierno para las comunas.

La forma de asumir las crisis se ejemplifica en la crisis carcelaria y en la tragedia de San Miguel.

¿Qué Oposición?.

La oposición esta siguiendo el camino largo. Aproximaciones paulatina y sucesivas para desarrollar una estrategia. Versus el, al parecer desechado camino, de la discusión abierta de las alternativas. Esto pasa por decidir sobre la disolución o no de la Concertación de partidos. Aquí radica la definición acerca de en que consiste la renovación y forma de constituir una oposición. Sin una discusión, acerca de las causas de la derrota, una explicación acerca de las divisiones, y una reflexión critica de la obra realizada por nuestros gobiernos, será difícil, definir alianzas, definir programas y escoger liderazgos. Se corre el serio riesgo de seguir haciendo mas de lo mismo y cosechando derrotas del mismo tipo.

Esta claro que no basta que el gobierno cometa errores, o que lo haga mal. Lo que el país espera es una alternativa que pretenda hacer mejor las cosas. Y mas aún, los propios partidarios de lo que fue la concertación requieren la formulación de proyectos para el país de mayor alcance que los debatidos hasta ahora, desde el comienzo de la transición. Existe un cuestionamiento profundo al modelo de desarrollo actual, en sus componentes económicos, sociales e incluso culturales.
Pero si el camino se limita a construir un acuerdo electoral para las municipales, que es sin duda, muy importante, el rechazo será mayoritario.

Se corre el riesgo de que la articulación de la oposición se haga a pesar de los partidos y de los líderes, convocando al peor fantasma de aquellos que están por los cambios, el populismo.