miércoles, 30 de marzo de 2016

LLEGO EL MOMENTO DE HABLAR CLARO.

LLEGO EL MOMENTO DE HABLAR CLARO. 
Rafael Moreno Rojas, Ciudadano.


Un grupo de militantes del Partido Demócrata Cristiano junto a simpatizantes de nuestro partido, que con legítimo orgullo luchamos y respaldamos para que Presidente Eduardo Frei Montalva, encabezase el gobierno que llevo adelante la Revolución en Libertad, la que tanto beneficios aporto a nuestros compatriotas, hemos analizado la situación de nuestro país, y muy en particular la posición de la Democracia Cristiana en el momento actual, en la participación en el Gobierno y en la relación con los otros partidos que lo apoyan.
Hoy día, constatamos el creciente descontento de nuestras bases, así como el malestar y alejamiento de independientes que siempre nos han acompañado, y es por ello que hemos decidido hacer públicos nuestros puntos de vista, para provocar un debate que permita rectificar nuestras conductas.

Ha llegado el momento de hablar claro.
Debemos recobrar la fraternidad que siempre nos caracterizó y el respeto por todas las opiniones, terminando con las descalificaciones personales. Si no nos superamos para ser un partido unido, ni cumplimos el rol que nos corresponde de acuerdo a nuestros valores y principios que sustentamos, no podemos enfrentar el futuro

Solo si corregimos nuestra forma de actuar, nuestras candidatas/o a Alcaldes y Concejales tendrán el respaldo de ideas y acciones que justifiquen solicitar la confianza de la ciudadanía para representarla.
En el estado actual, sin un planteamiento de fondo y sin corregir drásticamente la forma de actuar de algunos dirigentes, lo que queda es la impresión de que lo que importa son las ambiciones personales de algunos, al margen del interés común y de la defensa de los valores que nuestra ideología representa. Si esto no se corrige de inmediato, será muy difícil concitar apoyos que sean más profundos y duraderos que un mero clientelismo personal de los o las candidatas.

Es por ello urgente, corregir de inmediato las actuaciones no deseables y que ellas sean enmendadas y sustituidas por planteamientos y propuestas claras que representen el sentir mayoritario de la gente.
Es necesario reconocer que el apoyo al Gobierno, a los partidos que lo sustentan y a las personas que los dirigen, han llegado a límites tan bajos, como nunca antes experimentados, y ello a nuestro juicio, se debe a políticas erradas en la implementación de algunas de las reformas que han sido propuestas por el Gobierno, las que han sido resistidas por grandes sectores de la clase media y de los trabajadores que sienten no los interpretan debidamente.

¿Cómo no darse cuenta, de que habiendo sido apoyada por la gran mayoría del país la idea de mejorar el acceso y la calidad de la educación en Chile, en todos sus niveles, se iba a provocar a los sectores más modestos, que con orgullo financiaban una parte de la educación de sus hijos e hijas, a través de la educación particular subvencionada?

¿Cómo no protestar y oponerse a la discriminatoria medida de excluir de la gratuidad en la educación superior a la mayoría de los estudiantes más pobres, quienes al no lograr altos puntajes para acceder a las mejores universidades o instituciones de formación técnica y profesional, en su deseo por lograr un título que les abra puertas futuras, deben postular a universidades o institutos que no recibirán apoyo para los estudiantes inscritos en ellas?

La D.C. apoya el mejoramiento de la educación en todos los niveles, pero con medidas bien estudiadas y mejor implementadas, sin improvisaciones y ligereza que atente a su real eficacia y justicia social.
Parte importante de la pérdida del apoyo a la Presidenta de la Republica, al Gobierno actual, y a los partidos políticos que lo apoyan, se debe a medidas no estudiadas suficientemente y no socializadas previamente.

La gente quiere justicia social, pero con el realismo con el cual cada persona debe vivir cotidianamente.Estamos por el “realismo sin renuncia”, o sea, con las reformas que esperamos se apliquen con el estudio y prolijidad que corresponde, con preocupación por su factibilidad e implementación. Queremos que permanezcan en el tiempo y permitan dar pasos a otros avances necesarios
Caso similar es lo que sucede en el sector de salud pública, necesidad básica que afecta a la mayoría de nuestra población. Prometer la construcción de hospitales y consultorios, los que al finalno se concretan, quedan como anuncios demagógicos, los que sin duda alguna, afectan la credibilidad de la gente respecto de la capacidad misma del gobierno para cumplir con lo que anuncia. 

Igualmente decepcionante es la permanencia, casi sin alteración, de las largas listas de espera de atención en los hospitales públicos, así como la disminución de las prestaciones reales en el sistema Auge, y la alarmante falta de especialistas, principalmente en las regiones.
Otro de los problemas que afectan la vida de las personas, es la inseguridad ciudadana. Esto se refleja en los crecientes asaltos y otros delitos relacionados, los que al no resolverse y enfrentarse adecuadamente, van dejando una sensación de impunidad, por una parte, y de falta de atención por otra. Afortunadamente el Gobierno reaccionó cuando cambió el Gabinete, mejorando la gestión en Interior, Hacienda y Educación, pero ello no ha bastado a la mayoría de la población que critica, debiéndose realizar una gran tarea para recuperar su confianza y credibilidad.

No enfrentar con inteligencia y decisión el conflicto mapuche, es una muestra de debilidad que ofrece el gobierno, en un tema que tiene alta significación nacional e internacional.

No es posible evitar el referirse a lo que ha ocurrido y que continúa ocurriendo, en la vinculación de los negocios privados y la política. El espectáculo de comprobar el posible cohecho que han realizado grandes empresarios de ex parlamentarios y otros en ejercicio, así como el reparto interesado de aportes ilegales a las campañas de varios de ellos, que no han vacilado en solicitar y recibir dichas dadivas de parte de quienes, se supone que por sus ideas están en absoluta contradicción con lo que esos parlamentarios o personeros representan. Estas conductas de algunos, ha llevado el descredito de la política a niveles ínfimos de apoyo en la ciudadanía.Debe existir de parte del Partido y de todos tolerancia 0 para estas conductas.

Es doloroso comprobar que esta crítica plenamente justificada contra quienes han incurrido en esas conductas, afecta también a la mayoría que con sacrificio y honestidad se han comprometido con la vida pública.
La D.C. no ha estado exenta de esta situación, y nos deja perplejos el presenciar que no se enfrente esta realidad por quienes aparecen comprometidos con la recepción no correcta de recursos económicos para sus campañas, ya sea directamente o a través de terceras personas vinculadas a ellos.

Llego el momento en que quienes están afectados, enfrenten claramente las acusaciones de que han sido objeto, o den un paso al lado, para permitir que lo que la justicia investiga, lo haga con transparencia, y que la defensa de los presuntos implicados no comprometa a su Partido en su conjunto.
Se agotó el tiempo de esconder la cabeza en la arena, y creer que el tiempo haría olvidar los graves hechos en que se han visto envueltos. Los demócratas cristianos tienen el derecho de defender sus ideas, sin tener que cargar con el lastre de políticos que son acusados de infringir las leyes y de faltar a la ética que debe regir sus actuaciones.

Observando esta situación, la que unida a otros elementos, se levantan algunas voces que piden que nuestro partido debería retirarse del Pacto político y programático denominado Nueva Mayoría así como de seguir formando parte del actual gobierno.

Ambas ideas tienen un significado distinto. El apoyo a la Presidenta Bachelet se lo otorgamos libremente, y como tal, hemos cumplido lealmente con nuestro compromiso de respaldarla, y declaramos que honraremos hasta el final dicho compromiso. Ello no significa, que nos silenciemos ante actuaciones u omisiones que realice el gobierno, cuando ellas no estén de acuerdo con nuestros valores y principios. Sumarse a cualquier proyecto del gobierno, que no se enmarca en nuestros valores, significa un flaco favor que se le hace al gobierno, ya que nuestra militancia y muy en particular los independientes que nos acompañan se alejan claramente de respaldar esas medidas, y ello daña al Partido en su totalidad y al Gobierno igualmente. Ello debe cuidarse clara y firmemente para evitar que la Derecha llegue al Poder.

El argumento de que todo lo que provenga del gobierno debe ser respaldado sin discusión, ya que ello emanaría de la plataforma de la candidatura de la actual Presidenta, ya que al elegirla a ella todas esas ideas habrían sido aprobadas, es una política que no se sostiene. ¿Cuándo la D.C. aprobó castigar la educación particular subvencionada?, ¿Cuándo se habló de gratuidad de algunas instituciones de educación superior excluyendo a otras? ¿Cuándo aprobamos respaldar el aborto?

¿Quién puede dudar que la D.C. es partidaria de mejorar la educación? Somos firmes partidarios de ello, pero no podemos apoyar la forma poco inteligente en que se ha pretendido realizarlo. Igual criterio vale para iniciativas como la Reforma Tributaria. Hemos sido y seguimos siendo partidarios de esa reforma, pero no podíamos apoyar todas las propuestas que estaban mal formuladas, y nadie puede acusar a nuestros parlamentarios de estar defendiendo empresas o Consorcios económicos, cundo exigieron que se corrigiesen errores manifiestos, los que el Gobierno reconoció y envió una nueva legislación para enmendarlos.

No podemos dejar de manifestar nuestra opinión ante la legislación para despenalizar el aborto en diversas situaciones. Nunca hemos discutido que en nuestra defensa de los derechos humanos nuestro valor principal es resguardar la vida humana, y en ello hemos dado siempre muestras de coherencia en nuestras actuaciones. El proyecto en discusión, fuera de insistir en dos causales que ya estarían resueltas en nuestra legislación y por los protocolos médicos, lo que en el fondo busca es legalizar el aborto, comenzando por la causal de violación, pero posteriormente abrir el ciclo a cualquier forma de interrupción de la vida de quien estaría por nacer.

Nuestros parlamentarios deben votar en conciencia, y ello debe ser respetado, aun para aquellos que eventualmente votasen por despenalizar el aborto, pero el país tiene el derecho a saber, que ellos se han pronunciado en forma personal, y que en su actuación no representan a la D.C.

El tema de la permanencia de nuestro partido en el Pacto de Nueva Mayoría, es algo que debe ser revisado. Los demócratas cristianos nunca hemos apoyado el excluir a partidos o movimientos, que en nuestra vida ciudadana se pronuncien dentro de los marcos de la Constitución y la legalidad, rechazando la violencia de cualquier lugar desde donde ella pudiese provenir. Por esa razón nos opusimos a la ley de Defensa Permanente de la Democracia, y luchamos por su derogación, ella perseguía la existencia del Partido Comunista en Chile. Esa posición no significaba en ese tiempo, y tampoco lo significa ahora, de que aprobábamos la ideas y posiciones de dicho partido, muy por el contrario, siempre nos hemos opuesto a sus políticas marxistas de dictadura del proletariado, y a sus apoyos incondicionales a dictaduras de corte marxista, a las que hasta el día de hoy se niegan a condenar, o siquiera a discrepar de las violaciones a los derechos humanos que se cometen en ellas. Sin clarificar esta posición, no es posible formar parte de un Pactoy menos una coalición duradera, en la que se lucha por defender derechos en nuestro país, pero se niegan a defender esos mismos derechos en otros lugares. Negarse a solicitar que se respeten los derechos de quienes discrepan con los gobiernos de dichos países, es demostrar que no se cree realmente en el que ciertos valores son de aplicación permanente y universal.

Igualmente, se debe clarificar que significa estar formando parte de un gobierno, con Ministros, Subsecretarios y funcionarios reconocidos como militantes de dicho partido, que declara públicamente que “tienen un pie en el gobierno y otro pie en la calle”, posición que no se puede mantener en un pacto de gobierno, y menos pretender que otros partidos que forman parte del pacto, acepten una postura tan contradictoria,” como estar cuando conviene y no estar cuando no conviene formando parte de un gobierno”.

Algunos preguntan si la D.C. tiene algunos puntos en común con el partido comunista y otros partidos o movimientos de izquierda. Siendo desde sus orígenes la D.C. un partido cristiano progresista, existen planteamientos similares en buscar la justicia para los más necesitados y postergados, pero a lo largo de nuestras experiencias, se constata que en la consecución de ese objetivo nos separan claramente los métodos para lograrlos; nosotros siempre hemos defendido que las reformas se realicen dentro de un marco legal que respete los derechos esenciales de todos los miembros de la sociedad, y hemos rechazado los métodos de una dictadura del proletariado, principio marxista, que no vacila en conculcar derechos fundamentales para establecer regímenes en los que se violenta la libertad.

La experiencia mundial muestra el derrumbe de esa política, y los escasos ejemplos que quedan de esos regímenes están en un ocaso o en revisión.
Actos de ingenuidad de algunos dirigentes que buscan acuerdos con el P.C, sin exigir coherencia y pleno respaldo al gobierno en que desean participar, aleja cada vez más a la gente independientey a muchos militantes nuestros, que no logran comprender dicha actitud.

¿Pero la pregunta fundamental es que ocurrirá en el futuro, quien gobernara nuestro país y con qué programa?

La Democracia Cristiana, para responder la pregunta debe en primer término, definir claramentequé objetivos tiene para el futuro, basándose en nuestra historia, nuestros valores y nuestros principios.

En este PROGRAMA, debemos afirmar que somos partidarios de modificar algunos aspectos básicos existentes en la actual Constitución Política de nuestro país. Se deben modificar los altos quorum que dejo instalados la dictadura, para impedir que se pudiese legislar en materias en las que la derecha defiende sus intereses económicos, igualmente modificar la forma de constitución del Tribunal Constitucional, que hoy funciona como un mecanismo adicional de contención a cualquier reforma que no sea del agrado de los partidos de derecha, ello debido a la actual forma de nominar a sus miembros.

Debemos plantear y luchar por establecer la obligatoriedad del voto ciudadano en los elecciones Presidenciales, Parlamentarias, Municipales y Regionales. No es posible respaldar una cultura en donde se exigen derechos, pero no se exigen obligaciones. Si no se corrige esta situación, no hay que ser especialista para predecir que habrá una enorme abstención en las elecciones venideras, dado el descontento existente con las instituciones públicas, y ello abre lentamente, pero lo abre, el camino para quienes, usando el argumento de la escasa participación en generar representantes en el esquema vigente, buscaran formulas autoritarias de gobierno.

Defenderemos lo que los gobiernos de la llamada Concertación de los Partidos por la Democracia han realizado en el país, en donde habiendo recuperado la democracia después de una larga dictadura, y recorriendo en sus inicios un estrecho camino, fuimos capaces en los gobiernos de Aylwin, Frei Ruiz Tagle, Lagos y Bachelet, de restituir la vida democrática, respetar los derechos humanos y civiles de nuestros compatriotas, hacer renacer la justicia entre nosotros castigando a quienes los habían gravemente violados, disminuir fuertemente la pobreza en el país, aumentar las inversiones y la producción, y recuperar la respetabilidad de Chile, tan lesionada durante la dictadura de 18 años en Chile.

No valorar lo que hemos realizado en los gobiernos presididos por demócratas cristianos, social demócratas y socialistas, es un gran error, el que entre otras cosas, abre camino a la derecha, quien confía en volver a gobernar, aprovechando la desunión y desconcierto de los partidos y movimientos progresistas.

No caben entre nosotros ideas de que hay que desconocer los logros obtenidos, y que debe demolerse con retroexcavadora los cimientos en los que se construyólo obtenido.En esta materia, algunos postulan la necesidad de reemplazar en su totalidad la actual Constitución Política del Estado de Chile, y desean hacerlo a través de plebiscitos y asambleas que sustituyan al Parlamento. Sin dudar de la buena fe con que algunos postulan una Asamblea Constituyente, e incluso , para reforzar su argumento indican que en 1980 el ex Presidente Frei Montalva, en su discurso enfrentando la dictadura propuso una Asamblea Constituyen para poner término a la dictadura, es obvio que no es lo mismo dejar de lado lo que utilizaba en ese momento la dictadura para perpetuarse, que dejar atrás muchas e importantes modificaciones que le han sido introducidas en los años de la vigencia de nuestra democracia.

No tenemos nada en contrario en celebrar Cabildos, Asambleas o reuniones que habiliten una discusion sobre las reformas a la Constitución, pero ellas finalmente deben ser discutidas y aprobadas en el Parlamento, sede del poder legislativo y único organismo habilitado en democracia, para realizar esos cambios. Hacerlo de otro modo nos puede llevar a repetir los ejemplos de Venezuela y Bolivia, en donde los que ocupan el poder tienden a perpetuarse indefinidamente.

Un programa para el futuro.

A continuación haremos algunos planteamientos a considerar al respecto:
La D.C. debe plantear claramente que representamos a los empleados/as, a los profesionales, muy en particular a los de la clase media, a los trabajadores, a los mineros, a los medianos y pequeños empresarios en general, a los campesinos y pequeños y medianos agricultores, ellos tan cercanos a nuestras ideas, a los pescadores artesanales, a los pensionados, y muy en especial a la juventud, cuyas ideas siempre nos han inspirado.

Declaramos nuestro apoyo a la gratuidad de la educación publica en todos sus niveles, garantizando la existencia y funcionamiento de la educación privada, tanto la particular completa como la particular subvencionada, la que sin ser concebida como una entidad de lucro, debe ser respetada en su contribución a mejorar la cantidad y calidad de la educación en el país.

Postulamos una legislación laboral que incentive realmente la afiliación de los trabajadores a los sindicatos, esta sindicalización debe ser libre, y no forzada. Debe garantizarse el derecho a huelga, el cual debe contener elementos de emergencia en aquellas áreas en que se afecta seriamente, tanto la seguridad nacional, como el derecho de la mayoría de la población a que no se interfieran sus derechos al trabajo, expresión y circulación de ellos.

Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para proteger el medio ambiente en nuestro territorio. No podemos mantenernos pasivos ante la creciente desertificación de parte de nuestra geografía, así como ser testigos de una deforestación irresponsable que provoca graves consecuencias para las generaciones presentes y futuras.

Defenderemos la integridad territorial y marítima de Chile, actuando con decisión en todas las instancias existentes. No aceptamos entregar tierra chilena, y no nos dejaremos intimidar por campañas propagandistas, que buscan aislarnos internacionalmente. Exigiremos que todos los actores públicos, ya sea parlamentarios u otros, respalden una política de unidad nacional en la defensa de nuestro territorio.

Postulamos una apertura internacional que se caracteriza por la defensa de los principios de la democracia y respeto a los derechos humanos y civiles en cualquier lugar del planeta. Defenderemos la independencia y el derecho a la autodeterminación de cada nación que se inspire por los valores de libertad y democracia.

Lucharemos por mejorar sensiblemente el problema que aqueja al sistema de salud pública en el país, ampliando los beneficios del Programa Auge, incorporaremos nuevos hospitales y consultorios, y crearemos un programa especial de capacitación de especialistas y su vinculación con el sistema público de salud. El sistema de ISAPRES deberá modificarse o cambiar por otro sistema que realmente sea una ayuda para la población.

Reforzaremos las leyes y las medidas que tiendan a proteger la seguridad de las personas y de sus propiedades, combatiendo con fuerza la delincuencia, modificando las leyes que permiten la impunidad de los delitos cometidos, garantizando que exista asistencia a las víctimas de esos delitos.

Reformaremos el régimen de pensiones actualmente existente, propiciando un control real de lo que sucede en las AFPs, modificando y cambiando lo que sea necesario para que las pensiones que paguen sean dignas y justas, y apoyando la creación de un sistema público.

Postulamos apoyar y fortalecer la asociatividad en la realidad chilena, reforzando la creación y funcionamiento de las Cooperativas, Juntas de Vecinos, Centros de Madres, Clubes de la Tercera Edad. La asociatividad ha sido desde siempre uno de los valores que han inspirado la acción de la D.C., ya que ello fortalece a los más débiles, que aislados no pueden gozar de los beneficios que ofrece la sociedad moderna.

Apoyaremos en forma más efectiva a los campesinos y agricultores de nuestro país. El sector rural, tan estrechamente ligado a la historia y acciones de la democracia cristiana en su favor, debe volver a ser parte importante de nuestras preocupaciones y de nuestras políticas para el futuro. Entre otras medidas, postularemos una Reforma Constitucional para garantizar un ordenamiento justo de los recursos hídricos del país, de modo que los derechos de agua sean realmente utilizados en la producción de alimentos y otras necesidades, y no una mercancía que se transa al margen del aprovechamiento justo y equitativo de este bien nacional de uso público. Igualmente reorientaremos los apoyos tanto en el riego, como en otras medidas impulsadas por el Estado, en favor de la agricultura campesina, motor fundamental del abastecimiento de productos esenciales en el consumo de nuestra población.

En materia forestal, impulsaremos un masivo plan de reforestación, tanto en terrenos de aptitud forestal, como en la forestación urbana. Crearemos la Subsecretaria Forestal, y buscaremos las formas para que lo que se obtiene de la explotación de los recursos forestales, pueda también beneficiar a los campesinos pequeños propietarios.

En materia de pesca, revisaremos y cambiaremos, si es necesario, la legislación actual, para resguardar nuestros recursos naturales en el mar, y proteger los derechos de los pescadores artesanales.

Crearemos un programa de desarrollo especial en la Araucanía y otros lugares donde existen pueblos originarios de nuestro país, para lograr soluciones pacíficas, las que permiten resolver este problema que se arrastra por tantos años. Rechazamos la violencia existente en algunos lugares del territorio, ya que ello no contribuye a resolver el problema. Ha llegado el momento de resolver los problemas de pobreza y marginalidad en que se han mantenido parte de esos territorios, dejando atrás la política de creer que ignorando la situación los problemas se resolverían por si solos. Somos partidarios de que haya justicia y dignidad para el pueblo mapuche.

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