miércoles, 24 de diciembre de 2008

El gran desafío de Chile.


Cuando en un futuro lejano, antropólogos e historiadores estudien nuestro tiempo, sin duda concluirán que el gran debate del Chile, de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, fue el tema de la democracia. Es decir, como resolver las tensiones de la vida social y política de manera pacifica. Esos han sido los padeceres de nuestro tiempo.

Pero esa etapa ha llegado a su fin. El triunfo de la democracia, la transición exitosa, sea cual, sea el punto de vista hace culminar la etapa de crisis democrática.

Aun cuando esta democracia incompleta, autoritaria y presidencialista sea un desafío permanente de perfeccionamiento para la nación chilena, especialmente en sus elementos mas odiosos, tales como el sistema electoral binominal. La etapa concluyó.

Hoy dia, no hay excusas para asumir el desafío de justicia social pendiente y que condiciona el desarrollo económico y social de Chile: La enorme desigualdad entre los chilenos, clama al cielo.

La aplicación mecánica de la ley de la selva a la vida social, sostenida con vehemencia y hasta fanatismo, por “los mas aptos”, ha demostrado su fracaso sistemático, no solo en términos éticos, sino también en términos prácticos, especialmente referidos a la integración social.

Una imagen basta: Si un chileno que gana el sueldo mínimo, ahorra todos los ingresos de su vida laboral, (30 años) sin consumir nada. Solo alcanzará a juntar lo que un presidente de banco gana en un mes.

No se asusten, este argumento es solo a favor de chile.

Esta tensión social cada día mas profunda, es nuestro desafío ético, político y social. Pero también es una fuerza enorme, capaz de levantar voluntades de distinto origen ideológico y unirlas, puede llegar a ser una fuerza motivacional gigantesca capaz de hacernos llevar a nuestra patria a nuevos horizontes.

Así como en otros tiempos críticos de nuestra historia, lo que hagamos o dejemos de hacer en esta materia definirá nuestra identidad como país y como personas. En nuestra acción de hoy estará la explicación que nuestros hijos y nietos nos pedirán acerca del país que les entreguemos.

Al acercarse el bicentenario de Chile, imitemos a nuestros fundadores e imaginemos un futuro trazado por nuestra voluntad y compromiso.

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